RELACIONES DE PAREJA

ADICCIONES

MEDITACION

.................................................................................................

Featured Posts

Featured Posts

ULTIMOS ARTICULOS

Dime qué emoción te perturba
Y te diré como controlarla !

¿ACEPTAS?

MIS CURSOS


BLOG
No te pierdas mis artículos más recientes

16 de octubre de 2017

El daño que nos provocan nuestros pensamientos negativos automáticos. ¿Cómo salir de ellos?

Todos tenemos pensamientos automáticos que sin darnos cuentas nos hacen vivir una vida que no es la que queremos.

Todo pensamiento provoca un efecto en nuestro cuerpo, en forma de emoción.



Esa emoción nos hace entrar en un malestar que va en paralelo con la realidad que tenemos ante nuestros ojos.

Sin embargo, seguimos anclándonos a esos pensamientos automáticos sin someterlos a juicio ni contrastarlos con la realidad real.

Ya estuvimos hablando sobre la diferencia entre pensamientos positivos y pensamientos negativos, ¿verdad?. Y como ya viste, la cosa no es tan simple como puede parecer a primera vista.


La adicción a pensar demasiado


Aunque parezca que no, pensar en exceso es adictivo, incontrolable y dañino.

¿Dañino porqué? Porque nos separa de la realidad y nos mete en un mundo imaginario que nosotros mismos hemos creado basándonos en nuestros recuerdos, creencias y pasado.

Y todo esto ocurre casi de forma automática.

Sin darnos cuentas, ya estamos pensando, ya estamos alejándonos de la realidad.

Parece fácil decirle a alguien que deje su mente en blanco, (bueno, es fácil decírselo....lo difícil es ponerlo en práctica).

Todo lo que sea en exceso, es dañino y perjudicial, incluidos los pensamientos.

Los pensamientos (sobre todo los negativos), están diseñados para captar tu atención, para distraerte del mundo en el que estás, para que alteres la realidad y para desequilibrarte.

Te sacan de un mundo para llevarte a otro en el que sufres las consecuencias, de forma inútil y estúpida.

¿De qué sirve preocuparse por algo que todavía no ha pasado?

Recibo un mensaje de mi pareja en el que me dice: "Cuando llegues a casa, tenemos que hablar".

Entonces, empieza tu mente a mandarte pensamientos negativos de porqué podría haberte escrito ese mensaje.

Te ves obligado mediante esos pensamientos, a viajar al pasado, analizar lo que has hecho, contrastar si has hecho algo malo o no, a recordar, etc...

Y cuando todo eso ocurre, empiezas a suponer respuestas para esa pregunta tan mortal:


  • ¿Qué me querrá decir?
  • ¿Habré hecho algo malo?
  • ¿Será que como nuestro matrimonio no va tan bien, tendrá que decirme algo importante acerca de nuestra relación?
  • ¿Será que ha descubierto que he hecho algo malo y quiere echármelo en cara?
  • Seguro que se me habrá olvidado algo importante y me va a echar la bronca por todo.


¿Y sabes lo que consigues con todo eso?

Reacciones negativas en tu cuerpo en forma de emoción. 

Es decir, te sientes mal por todas esas suposiciones y pensamientos que estás teniendo.

Es como si tuvieras que vivir y experimentar todas esas realidades al mismo tiempo y sufrir sus consecuencias, aunque no sean reales.

Llegas a casa con tu estado emocional alterado y preparado para entrar en el campo de batalla.

Te pones delante de tu pareja y le preguntas: "A ver...¿qué es eso tan importante que quieres decirme?"

A lo que tu pareja te contesta: "¿Importante?...Yo no he dicho que sea importante. Yo sólo tenía que decirte que tenemos que hablar sobre el tema de las vacaciones de verano, ya que al final yo no podré cogerlas en Agosto, sino que tendré que pillarlas en Julio, así que tendremos que cuadrarnos para que tú también las cojas en ese mes"

Entonces te retiras con cara de alivio, como si hubieras ganado la batalla.

Pero en realidad la has perdido. Has sucumbido ante tus pensamientos negativos y has alterado tu estado anímico y emocional por culpa de un mero pensamiento.

Aunque ahora te sientas bien, sigues siendo una marioneta de tus pensamientos.

Pensar en exceso es dañino, perjudicial y crea realidades distintas a las que te enfrentas de forma inútil y estúpida.

¿Qué hacer para no tener tantos pensamientos negativos?


Centrarte en el presente, en el ahora, en la percepción de lo que estás viviendo en el preciso momento del "ahora mismo".

Percibe cada cosa que te rodea. Deja que esa información llegue a tu mente, sin pensar en nada más. Practica y observa su esencia sin dejar que vaya más allá.

El momento presente es un momento que está libre de pensamientos y es cuando eres libre y consciente de la verdadera realidad.

Tus pensamientos negativos automáticos dejan de hacerte daño, porque simplemente empiezan a desaparecer lentamente hasta que se extinguen por completo.

Adquieres el hábito de ser plenamente consciente (primera etapa en el proceso de la meditación) libre de pensamientos negativos que influyan en ti y te causen malestar.


PODCAST


Te lo explicaré mejor y con más detalles en el podcast.





5 de octubre de 2017

Pensamientos positivos contra pensamientos negativos. Diferencias, funcionamientos y tópicos.

Seguro que a lo largo de tu vida has tenido infinidad de pensamientos negativos, ¿verdad?.

Y pensamientos positivos, ¿has tenido también muchos?. Puede que si o puede que no tantos, pero alguno que otro habrás experimentado.



Desarrollar nuestra Inteligencia Emocional, supone tener amplio conocimiento de un elemento muy importante en nuestras vidas....¡¡los pensamientos!!.

Y con esto me refiero tanto a los negativos como a los positivos.

Hoy quiero traerte en este post un resumen en el que descubrirás qué diferencia existe entre nuestros pensamientos positivos y los negativos.

¡¡Tranquilo, que no es tan simple como puedes llegar a pensar!!.

Vamos a eliminar varios tópicos y a entrar un poco más en profundidad cómo funcionan nuestros pensamientos y cómo podemos controlarlos (y para qué).

Pero antes, quiero contarte una pequeña historia. Se trata de la vida de Luis. Una vida que servirá de introducción a lo que vamos a ver en este post.

Recuerdo que cuando tenía 15 o 16 años, tuve lo que yo catalogué "mi primera reinvención personal".

Yo siempre he sido una persona con una forma de pensar muy catastrofista y profundamente negativo. 

Esto fue debido a que tuve una infancia llena de problemas y de infelicidad.

Mis padres siempre estaban en constante discusión y yo estaba en medio sufriendo las consecuencias de sus problemas personales y de pareja.

Recuerdo incluso un día en el que mi padre pegó a mi madre. No puedo expresar ahora mismo lo que sentí en aquel entonces, pero te aseguro que fue algo increíblemente negativo y que me llenó de una sensación de frustración que no podía entender ni controlar.

La vida que había en mi casa, hacía que yo estuviera siempre en constante tensión. No sabía cuál sería mi futuro ni si toda la vida familiar que tenía acabaría bien o no.

Mi familia siempre ha sido pobre, y yo me sentía inferior a los demás niños de mi edad.

Recuerdo cuando mis amigos me decían que habían visto una película en televisión y yo en casa ni siquiera tenía una.

Mis padres no podían permitírsela.

Dentro de mi mente existía un pensamiento predominante: "Siempre me pasan cosas malas. Soy un desdichado y he tenido mala suerte en mi vida."

Era uno de los pensamientos negativos que más abundaban en mi día a día.

Es curioso porque cuando algo malo me ocurría nuevamente, yo solía pensar: "Normal, con la mierda de vida que tengo, ¿cómo no me va a pasar esto? Nunca podré ser feliz."

Cuando tenía 15 años, tal y como he comentado, fue cuando tuve uno de mis primeros "grandes cambios" Podríamos llamarlo "reinvención".

Recuerdo que estaba una vez en el desván de mi abuela y encontré un libro grande y voluminoso. Tenía muchas páginas y cuando le eché un vistazo, vi que hablaba de temas espirituales.

Yo en aquel momento pensé que el único libro que hablaba sobre esos temas era la Biblia, pero fue en ese momento cuando por curiosidad empecé a leerlo y descubrí por primera vez que existe una conexión directa entre nuestra realidad y nuestra mente.

Además tenía una frase típica ahora pero que en aquel entonces era algo inédito y que decía: "Los pensamientos negativos, crean realidades y experiencias negativas".

Por lo tanto, ese libro me estaba diciendo claramente que estaba viviendo la mierda de vida que tenía por culpa de mis pensamientos y que podía cambiar todo eso, cambiando la forma de pensar.

Fue entonces cuando mis pensamientos negativos empezaron a disminuir y a ser ocupados por pensamientos más positivos.

A partir de entonces y cuando ya habían pasado más o menos dos años (con 17 o 18 años de edad), mi mente había cambiado. 

Tenía ganas de irme de mi casa, de abandonar a mi familia, de iniciar algo nuevo con mi vida con esa edad tan temprana. 

Y entonces, encontré una gran empresa la cuál me ofreció un trabajo muy importante sin tan siquiera pedirme estudios, experiencia ni nada por el estilo.

A partir de ese momento, entendí claramente y mediante hechos que cuando cambias tus pensamientos, cambias la vida que estás viviendo.

Pero después de todo ese proceso y al entender algo que ya tenía perfectamente claro, volvió a suceder algo en mi.

Mis pensamientos positivos que hasta ahora habían estado aumentando hasta opacar a los negativos, empezaron a ir desapareciendo poco a poco.

Llegó un momento en el que volví a sentirme desdichado e infeliz.

Entonces estuve varios años sufriendo crisis de ansiedad y al final entré en una depresión severa.

Fue increíble cómo pasé de estar maravillosamente bien y colmado de cosas positivas a estar tan mal que hasta me odiaba a mi mismo.

Pero no todo acaba aquí, sino que recuerdo que sería aproximadamente cuando cumplí los 30 años, cuando volví a cambiar, esta vez a un estado distinto que me sacó de esa depresión y odio hacia mi mismo.

Ese fue el mejor cambio, el que siempre perdura, el que siempre está presente como mi verdadero cambio y el momento en el que pude decir verdaderamente que era feliz.

Y fue precisamente cuando dejé de identificarme con mis pensamientos para identificar la realidad y a lo que esos pensamientos estaban tratando de señalarme.

Espero que este post te haya servido para que veas la importancia que tiene el ir más allá de nuestros pensamientos y como son una parte fundamental dentro del desarrollo de una Inteligencia Emocional poderosa.


PODCAST



28 de septiembre de 2017

¿Eres tímido, inseguro o tienes miedo? El gran error de negar nuestras emociones negativas

Ya vimos en su momento la inutilidad que suponía enfrentarte a tus emociones negativas, ¿verdad?

Pues hoy vamos a ver el gran error que supone cuando quieres sobreponerte a ellas, ignorarlas o negarlas.



Y para entenderlo mejor, vamos a poner un ejemplo.

Juan es un chico que normalmente suele sentirse inseguro y tímido en ciertas situaciones de su vida, como por ejemplo cuando está con otras personas, en reuniones, fiestas o salidas con los amigos.

A la hora de que está viviendo ese momento que le provoca esa timidez o inseguridad, suele hacer lo que todo el mundo hace: sobreponerse a su estado emocional.

Entonces, empieza a decirse cosas como:


  • No tengas miedo
  • No seas tímido
  • Todo va a salir bien
  • Aguanta y se fuerte
  • No dejes que el miedo te controle
  • Etc..etc..etc...

En realidad, todo esto que se está haciendo no sirve para nada, ¿sabes porqué?

Porque el estado en el que se encuentra tu cuerpo (ansiedad, nerviosismo, etc....) manda información a tu mente para que la haga entrar en un estado de alerta y precaución.

Es decir, sin darte cuenta, cuando haces lo que acabo de decirte, estás diciéndole a tu mente:

"Venga....entramos en combate, mantenme preparado, alerta y predispuesto para combatir todos esos malestares y emociones negativas".

Cuando pasa esto, tu cuerpo responde nuevamente a ese estado mental de una forma todavía más agresiva, es decir, intenta hacerse más fuerte para sobreponerse a ese estado emocional.

Es entonces cuando empiezas a recibir señales físicas como la falta de aire, el exceso de ansiedad, nerviosismo excesivo, irritación, autocríticas, etc..

Ahora, sin darte cuenta y creyendo que lo has hecho todo bien, has entrado en guerra contigo mismo.

Te estás enfrentando a algo que no es el enemigo que tú crees.

La estrategia correcta


Y me dirás: "Vale, eso lo entiendo, pero...¿qué hago entonces?"

Sencillo.

Si tienes miedo, tienes miedo, punto.

Es algo que tienes que aceptar.

Pero aceptar no quiere decir que te guste.

La autoaceptación (una herramienta increíble dentro de nuestra Inteligencia Emocional) todavía requiere trabajarla mucho para que la gente entienda su verdadera utilidad y el concepto correcto para lo que está diseñada.

  • En primer lugar, tienes que admitir que han llegado a ti emociones negativas que están tratando de controlar la situación que estás viviendo apoderándose de tu estado anímico.

"¡¡Acepto que tengo miedo, que soy tímido en esos momentos y en esas situaciones!!"

  • A nivel físico, trata de respirar lenta y profundamente. Trata de que esa respiración sea lo más suave y sutil posible. Intenta retener el aire en tu interior por varios segundos y expira igualmente de una forma muy suave y controlada. 

Seguro que te resultará algo difícil al principio, pero cuando lo practicas, notas que mejoras y controlas la situación casi en ese momento. (Esto es algo que aprendí cuando incorporé la meditación a mi estilo de vida)

  • Permite que tus miedos e inseguridades estén a tu lado, pero sin controlarte ni influir en ti.

Es una forma de decirte a ti mismo: "Tengo miedo y vergüenza en esta situación, y tengo que aceptarlo, pero seguiré tratando de ser lo más consciente posible e impedir que esas emociones se apoderen de mi"

"No me convertiré en un inconsciente por culpa de mis emociones negativas"

  • Pídele a tus miedos y emociones negativas que te muestren la peor versión de ti mismo en ese tipo de situaciones
Es una forma de decirle a tus emociones negativas: "Aquí estoy...emplea tu arsenal más pesado conmigo y trata de hacerme sentir lo peor que puedas"

Y esto no lo haces con la intención de ponerte fuerte ante esas emociones negativas ni mucho menos luchar contra ellas, sino más bien pasar a la realidad algo que tienes ahí escondido en tu inconsciente.


CONSIGUELO AHORA GRATIS


Cuando pasas ese "arsenal pesado" a la realidad, descubres que no es tan potente como tú pensabas.

Entonces te das cuenta que el que empeoraba la situación no era el problema que se te presentaba en la vida real, sino tú mismo.

Este paso lo haces con la intención de aceptar esa "versión desastrosa" de ti mismo y pasarla a la realidad para procesarla mejor.

Todos estos pasos no harán que el miedo, la timidez o la inseguridad desaparezcan por completo, ( o puede que si lo hagan), pero si que te harán sentirte mejor contigo mismo, más relajado y con mayor capacidad para controlar la situación.

La capacidad de aceptación, es una de las mejores herramientas de la Inteligencia Emocional a la hora de controlar y gestionar nuestras emociones negativas.

No somos más fuertes cuando enfrentamos la realidad, sino cuando la aceptamos.

Combatir o tratar de sobreponerte a una emoción negativa, no te hará mejorar.

Aceptarla, ser consciente de lo que está tratando de mostrarte, pasarlo por el filtro de la realidad y recordar que siempre tenemos la capacidad de controlar cualquier emoción negativa, eso sí que te hará mejorar, además de hacer que tu autoestima no se vea deteriorada.

Nuestra Inteligencia Emocional es maravillosa.


30 de agosto de 2017

Cómo ser feliz aún cuando fracasas en tus objetivos

Nuestras emociones y nuestro estado de ánimo, por desgracia dependen demasiado de los resultados que obtenemos en nuestro entorno.

En la medida que cumplimos con nuestros objetivos materiales, seremos más o menos felices.

El gran riesgo que esto supone es cuando no se alcanzan por completo dichos objetivos, y la persona cae en frustración y tristeza de la cual, al no estar acostumbrada, le cuesta mucho levantarse.

Te pones una meta a alcanzar, y descubres que después de haberlo intentado, no consigues el resultado que deseabas.



¿Qué sucede entonces? Pues que tu mente lo asimila como fracaso.

Es lo que nos han enseñado y programado en esta estúpida vida que nos venden desde que somos pequeños.

No alcanzas tus objetivos, por tanto eres un fracasado.

Por consecuencia, debes sentirte acorde a ese resultado, es decir.....super mal.

Pero, ¿qué sucede entonces?

Pues que caemos en una vulnerabilidad que nos hace débiles ante lo que nos rodea.

Nos vemos inmersos en situaciones que no podemos (ni sabemos) controlar.

Nuestras emociones negativas provenientes de dicho fracaso, nos invaden y condicionan nuestros próximos movimientos.

Tu autoestima ha bajado radicalmente y ya no te sientes como antes, sino peor.

El siguiente objetivo que nos pongamos, nos costará mucho más conseguirlos, ya que llevamos encima la carga del anterior fracaso.

Nuestro pasado negativo influye en nuestra capacidad del presente para conseguir lo que nos proponemos.

Fíjate hasta dónde llega el poder de nuestras emociones y la relación que tienen con nuestra realidad material.

Pero existe una capacidad que no todos son capaces de ver ni de poner en práctica.

Una capacidad de ser felices y diseñar emociones positivas no en función de los resultados, sino en función de cómo lo hemos hecho.

Una capacidad de sentirte bien contigo mismo sin depender de lo que te rodea.


Es lo que se suele llamar: "estar orgulloso de ti mismo".

¿Hazte ahora mismo esa pregunta?

¿Estás realmente orgulloso de ti mismo?

Si es así, pregúntate el porqué.

Probablemente lo primero que intentarás visualizar para responder a esta pregunta, sean cuáles han sido tus metas conseguidas.

¿Por qué?

Porque tan sólo tienes la capacidad de sentirte bien y ser feliz, en función de si alcanzas tus objetivos marcados o no.

Mientras te vaya bien en la vida, pues no hay problema.

Pero....¿Y si en algún momento te va mal?.

¿Serás capaz de salir de ahí y del impacto que te provocarán esas emociones negativas?

¿Serías capaz de crear bienestar emocional aún cuando has fracasado?

No todos tienen esta maravillosa capacidad.

No todos creen en esta maravillosa capacidad.

De hecho, probablemente cuando termines de leer esto, seguirás con tu rutina diaria, sin echarle cuenta de la importancia de lo que te estoy contando.

No aprendas a estar orgulloso de ti mismo en función de si consigues o no tus objetivos marcados.

No seas materialista y no te definas por la cantidad de cosas que alcanzas, sino por la forma en la que has intentado conseguirlas.

La felicidad no es cuestión de metas, sino del proceso que llevas a cabo para conseguirlas.

Es por eso que puedes ser perfectamente feliz aún cuando fracasas en la consecución de tus objetivos.

Porque si aprendes a generar tu mismo las emociones positivas que necesitas para sentirte bien aún habiendo fracasado, serás capaz de diseñar cualquier realidad y no te importará el resultado ni la magnitud de aquello que se interpone en tu camino.

 

COLABORACIONES

DIME EN QUE PUEDO AYUDARTE


Mente Emocional

Cádiz, (España)

Skype: Antoniobp1978
administracion@elexitoenvida.com